POEMAS 8

A LA MADRE

 

La armonía de la vida se concentro en tu vientre,

Formando mi ser con tu inagotable amor de madre.

Nací bajo el manto de la tierna protección de tus manos,

Ayudándome a levantarme de mis caídas con tus sonrisas.

Me acunas con tu musical voz secando con ella mis lágrimas

Y cuando sonrío soy yo quien seca tus lágrimas de amor.

Para ti siempre seré tu niño, aquel que creció en tu interior,

La criatura que alimentante con tu sangre y tus sueños.

El hijo por quien te sacrificaste vendiendo tus ilusiones

A la vida a cambio de mi felicidad.

El tiempo sembró tus hermosas canas y las arrugas

Que va marcando bellos senderos en tu divina cara.

Madre, que Dios bendiga la inmortalidad de tu alma,

Porque yo como tu mortal hijo solo puedo amarte

Entregándote mi corazón forjado por tu sangre.

PROFESIÓN: MAMÁ

Un día fui a sacar el registro de conducir y la oficial que tomaba los datos, me pregunto cuál era
mi ocupación.

 

No supe como etiquetar mi trabajo de "madre" ni qué responder. Al percatarse de esto la oficial
que tomaba los datos me dijo "Me refiero a si trabaja usted o es simplemente un ama de casa..." -
Claro que tengo un trabajo -le conteste-"soy una mamá".A lo que la oficial respondió: "No
ponemos mamá como opción, vamos a ponerle "ama de casa", fue la respuesta enfática de la
oficial. Había olvidado por completo esta historia hasta que un día me paso exactamente lo
mismo, sólo que ésta vez, en una oficina del estado. La funcionaria era obviamente una mujer de
carrera, eficiente, de mucha postura y tenía un título muy despampanante que decía:
"Interrogadora Oficial".-¿Cuál es su ocupación?", me preguntó ella. Qué me hizo contestarle esto,
no lo sé, pero las palabras simplemente salieron de mi boca: -Soy una "Investigadora Asociada
en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas"La funcionaria se detuvo, el bolígrafo
quedó congelado en el aire y me miró como si no hubiese escuchado bien. Repetí el título
lentamente, poniendo énfasis en las palabras más importantes. Luego, observé asombrada
cómo mi pomposo anuncio era escrito en tinta negra en el cuestionario oficial. Me permite
preguntarle" -dijo la funcionaria, con un aire de interés- ¿Qué es exactamente lo que hace usted
en este campo de investigación?"Con una voz muy calmada y pausada me escuché contestarle:
Tengo un programa continuo de investigación (qué madre no lo tiene?) en el laboratorio y en el
campo (normalmente me hubiera referido a lo anterior como adentro y afuera).Estoy trabajando
para mi maestría (la familia completa) y ya tengo cuatro créditos (todas mis hijas). Por supuesto
que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de humanidades (alguna
madre está en desacuerdo?) y usualmente trabajo 14 horas diarias (en realidad son más... como
24). Pero el trabajo tiene muchos más retos que cualquier trabajo sencillo y, las remuneraciones
más que económicas están ligadas al área de la satisfacción personal... Se podía sentir una
creciente nota de respeto en la voz de la funcionaria mientras completaba el formulario. Una vez
terminado el proceso, se levantó de la silla y personalmente me acompañó a la puerta. Al llegar a
casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas
al laboratorio, de 13, 7 y 3 años de edad. Arriba podía escuchar a nuestro nuevo modelo
experimental, en el programa de desarrollo infantil (de 6 meses de edad), probando un nuevo
programa de patrón en vocalización... Y ¡me sentí triunfante! ¡¡¡Le había ganado a la burocracia!!!
Había entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida e indispensable para
la humanidad que sólo "una madre más"... La maternidad: que carrera más gloriosa,
especialmente, cuando tiene un título en la puerta.
Feliz Dia! Del trabajo, ahhh es también de la Madre!!

 

 

Las mamás no somos abnegadas amantes del sacrificio, aguerridas y guerreras que todo lo
pueden. Las mamás lloramos abrazadas a las almohadas cuando nadie nos ve, pedimos la
epidural en el parto y puteamos en 17 idiomas cuando tenemos que poner el despertador a las 2
de la mañana para ir a buscarlos a una fiesta.
Cuando les decimos que no se peleen con ese compañerito que les dice enanos o cuatro ojos, y
les damos toda clase de explicaciones conciliatorias, en realidad querríamos tener el cogote del
pequeño verdugo entre nuestras manos.
Y también pensamos que la vieja de geografía es un mal bicho cuando les baja la nota, porque
no saben cuantos metros mide el Aconcagua, que al final a quien carajo le importa, pero no lo
podemos decir.

No es que nos encante pasarnos horas en la cocina tratando de que el pescado no tenga gusto
a pescado y disimulando las verduras en toda clase de brebajes, en lugar de tirar una
hamburguesa a la plancha, es que tenemos miedo de que no crezcan como deben.
No es que nos preocupe realmente que se pongan o no un saquito, es que tenemos miedo de
que se enfermen.
No es que los queramos más cuando se bañan, es que no queremos que nadie les diga
roñosos.
Porque ser una mamá no tiene que ver con embarazos, pañales y sonrisas de aspirinetas. Tiene
que ver con querer a alguien más que a una misma.
Con ser capaz de cualquier cosa con tal de que ustedes no sufran. Nada
nunca jamás. Ustedes nos hacen felices ...
... cuando les encantan nuestras milanesas,
... cuando nos consideran sabias por contestar las preguntas de los concursos de la tele.
... cuando vienen llorando a gritos porque se rasparon la rodilla y nos dan la posibilidad de darles
consuelo con curitas.
Ustedes nos hacen mejores.
Nos dan ganas y fuerzas.
Nos comeríamos un gurka crudo antes de que les toque un dedito del pie.
Nos lavamos la cara y salimos del baño con una sonrisa de oreja a oreja para hacerles saber
que la vida es buena, aunque nos vaya como el reverendo culo.
Cantamos las canciones de Casi Angeles, vemos Patito Feo, escuchamos a Los Piojos,
compramos Picantex y repasamos 500 veces la tabla del 2, arreglamos el carburador para llevar
a los chicos al fútbol y armamos 24 bolsitas con anillitos y pulseritas, y tratamos de que la torta
parezca un Peter Pan y nos buscamos otro trabajo y sacamos créditos y nos compramos libros y
vamos al psiquiatra y a los videos, y negociamos con los maestros y los acreedores, y
recortamos figuritas y nos ponemos lindas, y nos enojamos y nos reímos y nos salimos de quicio
y nos convertimos en la bruja y la princesa de todos los cuentos ...
Verlos felices, es lo que nos hace felices.
Por eso Todo.
Ojalá pudiéramos pegar el mundo con cinta scotch (como el velador que cayó en combate en la
última guerra de pijamas party), para que fuera un lugar mejor para ustedes.
Todo lo que hago, lo hago por Ustedes, porque no sé que haría sin Ustedes, y no lo quiero ni
pensar.
Gracias por ser su mamá.
Gracias por hacerme importante.
Gracias porque esas cosas que hacen en el colegio con corchitos y escarbadientes, me van a
servir para justificar casi todo. Junto con los abrazos, los besos, las lágrimas, los dientes de
leche, las cartitas, el Amoxidal de tantas noches sin dormir, los boletines y las fotos de la primaria,
son mis mejores medallas...
Gracias porque Los amo!!!.
Y ese es el amor que me hace grande.
Lo demás es marketing.
Mamá

 


Cuenta una antigua leyenda que un niño
estaba por nacer, y le dijo un día a Dios:
Me dices que me vas a enviar mañana a
la tierra, pero ¿cómo viviré tan pequeño
e indefenso como soy yo?
A lo que Dios muy cariñosamente
le contestó:
Entre muchos ángeles escogí uno para tí
que te está esperando, ese ángel te cuidará.
Pero dime, aquí en el cielo no hago más que
cantar y sonreír; y esto me basta
para ser feliz.
Tu ángel te cantará y te sonreirá todos los
días y tu sentirás su amor…
serás muy feliz.
Y ¿cómo entender cuando la gente me hable
si no conozco el extraño idioma que
hablan los hombres?
Tu ángel te dirá las palabras más dulces y
más tiernas que puedas escuchar, con mucho
cariño y paciencia te enseñará a hablar.
Y ¿qué haré cuando quiera hablar contigo?
Tu ángel te juntará las manitas
y te enseñará a orar.
He oído que en la tierra hay hombres malos,
¿quién me defenderá?
Tu ángel te defenderá aún a costa de su propia vida.
Pero estaré siempre triste porque no te
veré más Señor.
Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará
el camino para que regreses a mi presencia,
aunque siempre estaré a tu lado.
En ese instante una gran paz reinaba en el cielo,
pero ya se oían voces terrestres y el niño
presuroso repetía suavemente:
Dios mío si ya me voy, dime su nombre,
¿cómo se llama mi ángel?
Su nombre no importa, tú le dirás…
¡MAMÁ!

 

 

 

MADRECITA DEL ALMA QUERIDA
(Antonio Machín)

Madrecita del alma querida,
en mi pecho yo llevo una flor,
no te importa el color
que ella tenga,
porque al fin tú eres madre
una flor.

Tu cariño es mi bien madrecita,
en mi vida tu has sido y serás
el refugio de todas mis penas
y la cuna de amor y verdad.

Aunque amores yo tenga
en la vida
que me llenen de felicidad,
como el tuyo jamás madre mía,
como el tuyo no habré
de encontrar.

Madrecita del alma querida,
en mi pecho yo llevo una flor,
no te importa el color
que ella tenga,
porque al fin tú eres madre
una flor.

Madrecita del alma querida,
en mi pecho yo llevo una flor.

Aunque amores yo tenga
en la vida
que me llenen de felicidad,
como el tuyo jamás madre mía,
como el tuyo no habré
de encontrar.

Madrecita del alma querida,
en mi pecho yo llevo una flor,
no te importa el color
que ella tenga,
porque al fin tú eres madre
una flor.

 

Que alegre va María
Sergio Esquivel
(Interpreta: Imelda Miller)

Que alegre va María, caminando por la ciudad
platicando a su niño va, a su niño que pronto vendrá
que alegre va María, y que tierno es su caminar
con su cuerpo tan lleno de amor, que feliz va María

María, María, no comparte la espera
cuenta sola los días, nadie extraña a María
María, María, que orgullosa es María
cuando ve su figura reflejada en un cristal

Que alegre va María, caminando por la ciudad
en su mente no hay penas de ayer, solamente una risa infantil
que alegre va María, en sus ojos no hay soledad
la acompaña su amor maternal, que feliz va María

María, María, todo es vida en María
en su piel, en sus manos, y en su tierna figura
María, María, hoy el mundo es su mundo
hoy tu cuerpo es la vida y tu espera es el amor.

Que alegre va María, caminando por la ciudad
platicando a su niño va, a su niño que pronto vendrá
de las cosas que juntos harán,
de las cosas que pronto el vera

María, María, hoy el mundo es tu mundo
hoy tu cuerpo es la vida y tu espera es el amor.

María, María, que alegre va María,
María, María

 


Sobre las madres

Alguien dijo:

Alguien dijo que un niño se lleva en el vientre durante nueve meses. Ese alguien no sabe que un
hijo se lleva en el corazón toda la vida.
Alguien dijo que toma una seis semanas volver a la normalidad después de dar a luz. Ese
alguien no sabe que después de dar a luz la normalidad no existe.

Alguien dijo que se aprende a ser madre por instinto. Ese alguien nunca fue de compras con un
niño de tres años.

Alguien dijo que de "buenos" padres salen hijos "buenos". Ese alguien piensa que un hijo viene
con instrucciones y garantía.

Alguien dijo que las "buenas" madres nunca gritan. Ese alguien nunca vio a su hijo romper con
una pelota la ventana del vecino.

Alguien dijo que no se necesita una buena educación para ser madre. Ese alguien nunca ayudó
con una tarea de matemática de cuarto grado.

Alguien dijo que no se puede amar al cuarto hijo como al primero. Ese alguien no tuvo cuatro
hijos.

Alguien dijo que se pueden encontrar en los libros las respuestas a todas las preguntas sobre
como criar hijos. Ese alguien no tuvo un hijo que se metió un fréjol en la nariz.

Alguien dijo que lo más difícil de ser madre es el parto. Ese alguien nunca dejó a su hijo en la
escuela el primer día de kinder.

Alguien dijo que una madre puede hacer su labor con los ojos cerrados y una mano atada a la
espalda. Ese alguien nunca organizó la fiesta de cumpleaños de su hija.

Alguien dijo que una madre puede dejar de preocuparse cuando los hijos se casan. Ese alguien
no sabe que el matrimonio agrega yernos y nueras al corazón de una madre.

Alguien dijo que el trabajo de una madre termina cuando el último hijo se va del hogar. Ese
alguien no tiene nietos.

Alguien dijo que una madre sabe que su hijo la ama, así que no hay necesidad de decírselo. Ese
alguien no es madre.

Alguien dijo que una madre no necesita de la comprensión y del "te quiero " del hijo.. Ese alguien
no es un hijo.

Desconozco su autor

 

 

EL BRINDIS DEL BOHEMIO

En torno de una mesa de cantina,
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.

Los ecos de sus risas escapaban,
y de aquel barrio quieto,
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarrillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando, al revolverse en nada,
la vida de sus sueños.

Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto
de aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.

Y a cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos
del grupo, y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio,
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del feliz año nuevo...

Una voz varonil dijo de pronto:
-Las doce, compañeros.
Digamos el requiescat por el año
que ha pasado a formar parte entre los muertos.
Brindemos por el año que comienza,
por que nos traiga ensueños,
por que no sea su equipaje
un cúmulo de amargos desconsuelos...

-Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiese a mi existencia
puesto fin con violencia,
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul, limpio y divino,
no alumbrara mi sino
una pálida estrella: mi esperanza.

-¡Bravo! Dijeron todos, inspirado
esta noche has estado,
y hablaste breve, bueno, y sustancioso.
El turno es de Raúl;
alce su copa y brinde, y brinde por: Europa,
ya que su extranjerismo es delicioso...

-Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
porque fue de luz, de amor y de alegría,
y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía.

Brindo por el ayer, que en la amargura
que hoy cubre de amargura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.

-Yo brindo, dijo Juan, por que en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
por que vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo por que mis versos cual saetas,
lleguen hasta las grutas perfumadas,
formadas de metal y de granito,
del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata...
pero que tiene un cuerpo muy bonito.

Por que a su corazón llegue mi canto,
por que enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embeleso;
por que con creces mi pasión me pague...
¡vamos! porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones, y reír, y todo.

Se brindó por la Patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen de un valladar una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llenan de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.

Sólo faltaba un brindis, el de Arturo.
El del bohemio puro,
de noble corazón y gran cabeza,
aquel que sin ambages declaraba
que sólo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.

Por todos estrechado, alzó su copa
frente a la alegre tropa,
desbordante de risa y de contento;
los inundó en la luz de una mirada,
sacudió su melena alborotada,
y dijo así, con inspirado acento:

-Brindo por la mujer, mas no por esa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer... ¡desventurados!
No por esa que os brinda sus hechizos,
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros,
siento por esta vez no complaceros.
Brindo, brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos:
por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseñó de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos,
y que me dio en pedazos,
uno a uno, el corazón entero.

Por mi madre, bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña, tal vez, que mi destino
me señala el camino
por el que he de volver muy pronto yo a estar a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dio vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía,
y lloró de alegría
sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore,
y en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un fuego que calcina.

Por la anciana infeliz que gime y llora,
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi madre, bohemios, que es dulzura
vertida en mi amargura,
y en esta noche de mi vida, estrella...

El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente,
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.