POEMAS 7

José Ángel Buesa

POEMA DEL POEMA

Quizás pases con otro que te diga al oído
esas frases que nadie como yo te dirá
y, ahogando para siempre mi amor inadvertido,
¡te amaré como nunca ... y jamás lo sabrás!

La desolada estrofa, como si fuera un ala,
voló sobre el silencio ... y tú estabas ahí:
Allí en el más oscuro rincón de aquella sala,
estabas tú escuchando mis versos para ti.
Y tú, la inaccesible mujer de este poema
que ofrece su perfume pero oculta su flor,
quizás supiste entonces la amargura suprema
de quien ama la vida porque muere de amor.

Y tú, que nada sabes, que talvez ni recuerdes
auquellos versos tristesy amargos como el mar,
cerraste en un suspiro tus grandes ojos verdes,
los grandes ojos verdes que nunca he de olvidar.

Después, se irguió tu cuerpo como una primavera,
mujer hoy y mañana distante como ayer ...
Vi que te distanciabas sin sospechar siquiera
¡que yo soy aquel hombre ... y tú aquella mujer!

José Ángel Buesa

 

CANCIÓN DE LA BÚSQUEDA

Todavía te busco, mujer que busco en vano,
mujer que tantas veces cruzaste mi sendero,
sin alcanzarte nunca cuando extendí la mano
y sin que me escucharas cuando dije: "te quiero"

Y, sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa.
Y ya llega el otoño, y espero todavía:
De lo que fue una hoguera sólo queda una brasa,
pero sigo soñando que he de encontrarte un día.

Y quizás en la sombra de mi esperanza ciega,
si al fin te encuentro un día, me sentiré cobarde,
al comprender, de pronto, que lo que nunca llega
nos entriste menos que lo que llega tarde.

Y sentiré en el fondo de mis manos vacías,
más allá de la bruma de mis ojos huraños,
la ansiedad de las horas convirtiéndose en días
y el horror de los días convirtiéndose en años ...

Pues quizás esté mustia tu frente soñadora,
ya sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella ...
Y al no decir: "¡Es ella!" -como diría ahora-
seguiré mi camino, murmurando: "Era ella ..."

José Ángel Buesa

YA TODOS LA OLVIDARON

Ya todos la olvidaron. Ahora si que se ha ido.

Pero, sobre las rosas de la tumba reciente,

florecía el recuerdo más allá del olvido...

- Yo era el hosco, el ausente.

Qué le importa a la noche que se apague una estrella,

si el mar sigue cantando cuando pierde una ola.

Ya están secos los ojos que lloraron por ella.

- Ya se ha quedado sola.

Ahora ya sigue, sola, su viaje hacia el espanto,

por las noches profundas, bajo el cielo inclemente.

Ya nadie me reprocha que no lloré aquel llanto,

que fui el hosco, el ausente...

Ya nadie le disputa su silencio y su sombra,

sobre todo su sombra bajo la luz del día.

Ya todos la olvidaron, Señor. Nadie la nombra.

- Yo la recuerdo todavía...

José Ángel Buesa



Solo tu y yo sabemos lo que ignora la gente
al cambiar un saludo ceremonioso y frió,
porque nadie sospecha que es falso tu desvió,
ni cuanto amor esconde mi gesto indiferente.

Solo tu y yo sabemos porque mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío,
y tu apenas me escuchas y yo no te sonrió,
y aun nos arde en los labios algún beso reciente.

Solo tu y yo sabemos que existe una simiente
germinando en la sombra de este surco vació,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.

Y así dos orillas tu corazón y el mío,
pues, aunque las separa la corriente de un rió,
por debajo del rió se unen secretamente.

(José Ángel Buesa)